La generación juvenil parece haber hecho suyo el viejo aforismo según el cual, el poder corrompe y el poder absoluto corrompe; por eso no están interesados en la lucha política por el poder. Desprecian la política. La califican de “mierda” sin rodeos. Porque consideran que es el origen de la mayor parte de los conflictos, desgracias y polarización del pueblo nicaragüense.
“La política es el método por el que se rige un estado, un gobierno y los partidos políticos” es la muy técnica definición que de ella da un joven rural de 23 años sin advertir que esta formula solo abarca a quienes se dedican profesionalmente a ella, dejando por fuera a todos los habitantes de las “polis”, palabra griega que literalmente se traduciría por “ciudad”, pero que si se tradujese en su sentido más profundo debería interpretarse como la actual sociedad civil. Según el criterio juvenil, la política seria enemiga de la democracia.
De todas maneras, los muchachos y muchachas demuestran tener una percepción del quehacer de los políticos actuales en el país cuando afirman “cuando suben al poder solo quieren beneficios para ellos, se olvidan de los pobres, no hacen nada”, según el sentir y parecer de jóvenes de uno y otro sexo, procedentes del campo y la ciudad, entre jóvenes de reciente ingreso a la etapa juvenil y jóvenes que casi están saliendo de ella.
Los sandinistas que entraron pobres al gobierno en 1979 y actualmente son ricos, merecen una crítica especialmente dura. “Muchos de los que vinieron de la montaña ahora son grandes empresarios, están casados con mujeres de la burguesía a pesar de que tanto hablaban y manifestaban en contra de la burguesía”, resume un muchacho campesino que sirve como portavoz al sentir de casi toda una generación.
Las generaciones jóvenes inmediatamente anteriores a la actual se involucraron profundamente en la política con buenas intenciones, seguramente, pero en el camino se corrompieron. Esta constatación ha llevado al desencanto y cuestionamiento político de la generación actual. Los grandes ideales, las causas sagradas, la liberación de los oprimidos, la transformación de la sociedad injusta, no movilizan a la generación actual. A cambio, esta generación se interesa por resolver pequeños problemas inmediatos que, en si, cada uno por separado, parecen insignificantes, pero sumados todos suponen cambios graduales de toda la sociedad: reforestación de pequeñas parcelas, defensa en pequeñas escalas de valores sencillos, recuperación de aspectos semiolvidados. La gran política de escenario no parece llamar su atención, pero la pequeña política de andar casa por casa, la que busca resolver en concreto los problemas cotidianos de la polis, de la sociedad civil, le interesa y le apasiona. Como en un cubrecama de crochet donde cada uno de los puntos es único pero necesita de todos los demás para realizarse, la juventud de ahora teje cada día un poquito la sociedad que desea y con ellos se afirma como generación, y cada uno de sus integrantes como individuo. Ojala que ese esfuerzo tan amorosamente tejido salga hermoso.
tomado del libro "Una Causa para rebeldes" de la autoria de Puntos de Encuentro. Managua, Nicaragua
“La política es el método por el que se rige un estado, un gobierno y los partidos políticos” es la muy técnica definición que de ella da un joven rural de 23 años sin advertir que esta formula solo abarca a quienes se dedican profesionalmente a ella, dejando por fuera a todos los habitantes de las “polis”, palabra griega que literalmente se traduciría por “ciudad”, pero que si se tradujese en su sentido más profundo debería interpretarse como la actual sociedad civil. Según el criterio juvenil, la política seria enemiga de la democracia.
De todas maneras, los muchachos y muchachas demuestran tener una percepción del quehacer de los políticos actuales en el país cuando afirman “cuando suben al poder solo quieren beneficios para ellos, se olvidan de los pobres, no hacen nada”, según el sentir y parecer de jóvenes de uno y otro sexo, procedentes del campo y la ciudad, entre jóvenes de reciente ingreso a la etapa juvenil y jóvenes que casi están saliendo de ella.
Los sandinistas que entraron pobres al gobierno en 1979 y actualmente son ricos, merecen una crítica especialmente dura. “Muchos de los que vinieron de la montaña ahora son grandes empresarios, están casados con mujeres de la burguesía a pesar de que tanto hablaban y manifestaban en contra de la burguesía”, resume un muchacho campesino que sirve como portavoz al sentir de casi toda una generación.
Las generaciones jóvenes inmediatamente anteriores a la actual se involucraron profundamente en la política con buenas intenciones, seguramente, pero en el camino se corrompieron. Esta constatación ha llevado al desencanto y cuestionamiento político de la generación actual. Los grandes ideales, las causas sagradas, la liberación de los oprimidos, la transformación de la sociedad injusta, no movilizan a la generación actual. A cambio, esta generación se interesa por resolver pequeños problemas inmediatos que, en si, cada uno por separado, parecen insignificantes, pero sumados todos suponen cambios graduales de toda la sociedad: reforestación de pequeñas parcelas, defensa en pequeñas escalas de valores sencillos, recuperación de aspectos semiolvidados. La gran política de escenario no parece llamar su atención, pero la pequeña política de andar casa por casa, la que busca resolver en concreto los problemas cotidianos de la polis, de la sociedad civil, le interesa y le apasiona. Como en un cubrecama de crochet donde cada uno de los puntos es único pero necesita de todos los demás para realizarse, la juventud de ahora teje cada día un poquito la sociedad que desea y con ellos se afirma como generación, y cada uno de sus integrantes como individuo. Ojala que ese esfuerzo tan amorosamente tejido salga hermoso.
tomado del libro "Una Causa para rebeldes" de la autoria de Puntos de Encuentro. Managua, Nicaragua
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