La política es enemiga de la democracia
Ser joven no es una empresa fácil. El breve pasado personal todavía no define una dirección precisa hacia donde dirigirse. El futuro inmenso se desdibuja entre brumas de temores y esperanzas. Ante los ojos se extiende un largo camino cuyo rumbo se ignora y se desconoce hasta la propia capacidad para recorrerlo. [1]
Como dice el texto anterior ser joven no es una empresa fácil, sobretodo en un país como el nuestro donde somos la mayor parte de la sociedad, y aun así funcionamos como obreros que mantienen a los niños y a los más adultos. Somos el soporte económico de Nicaragua pero nos encontramos invisibilizados en todos los procesos de trascendencia en la nación, pero no nos mal interpreten es una invisibilizacion media puesto que en cualquier proceso político o de mercadotecnia la maquinaria propagandística esta dirigida hacia nosotros, en esos momentos ahí estamos, vamos a votar, prácticamente nos regalan la cedula y después “-muy bien, gracias, nos veremos en las próximas elecciones”, por eso, y gracias a los jalones de los ambos partidos en el poder que se materializan a nuestro lado cuando vemos noticias en la noche hablando de lo horrible que la pasaron en la época sandinista, “que el racionamiento y las filas”, y ahí nomás en la casa de tu vecino es el Papá de Pedro quien opina al ver las noticias que los liberales no se cansan de saquear al país.
Lo único que tenemos que hacer para entender la evolución del pensamiento político de los jóvenes es volver unas cuantas paginas atrás en el libro de Historia de Nicaragua, primero tenemos una dictadura, a Somoza, quien fue expulsado del país por jóvenes que por diversas razones no lograron mantener a flote la empresa revolucionaria que emprendieron; de ahí la idea de un gobierno que prometía terminar con la polarizacion partidaria creando una alternativa que al final desapareció. Y no podemos olvidar a Arnoldo Alemán que aparte de lavar dinero del arca nacional, nos hizo perfilarnos como uno de los países más corruptos del mundo. La actual generación de jóvenes nacieron a finales del gobierno revolucionario y crecieron en el gobierno de la UNO, ninguno de nosotros ha sido protagonista ni victima directa de los conflictos antes mencionados por lo tanto nos ha tocado heredar una cultura política que no hemos pedido, rencores ajenos y para darle el ultimo toque al pastel político, cuando por fin podemos decidir por madurez o por objetividad que partido nos convence, nos encontramos frente a la obra teatral “Corrupción” protagonizada por todas las figuras políticas de antaño y hasta las nuevas no se quedan atrás. Día tras día un acto diferente y más aterrador, razón por la cual es difícil para nosotros los jóvenes que hemos aprendido que la política solo ha servido para empeorar las cosas. “…según el criterio juvenil, la política seria enemiga de la democracia (demos pueblo); cratos=gobierno). Es decir, del gobierno del pueblo…” [2] Estamos vacunados contra la política y como el futuro se presenta tan borroso con un Gobierno que no brinda espacios para que los jóvenes se desarrollen de todas las maneras posibles. Lo que piensan la mayoría de las veces es en irse al extranjero, sino nos quedaremos como obreros trabajando de meseros en comidas rápidas y en las maquilas que el Gobierno promete serán la solución para la falta de empleo. Los jóvenes nicaragüenses no confiamos en nuestro gobierno a continuación mencionamos algunas razones de este fenómeno:
Hay una serie de situaciones que se presentan actualmente en nuestro país que no son vistas positivamente por la juventud (…) como: la intromisión del ejecutivo en el resto de poderes, la utilización del erario publico en beneficio personal y no colectivo, denuncias de corrupción sin resolver, el irrespeto hacia la institucionalidad y la retardación de justicia, que no contribuyen positivamente en el fortalecimiento de las raíces de nuestra actual democracia.[3]
Y si seguimos con el tema del Gobierno este creó la Secretaria de la Juventud, pero al igual que muchas instituciones estatales de promoción social se desconocen los proyectos que tienen, los servicios que proveen y en que nos podemos servir los jóvenes de su existencia. Es común que organismos no gubernamentales tengan mayor rango de penetración en la población, como Puntos de Encuentro, Dos Generaciones, Save the Children, entre otros que realizan trabajos de ayuda a la niñez y la adolescencia. Parece que la labor de promoción para la juventud estuviera delegada a estos últimos, el gobierno se ha limpiado las manos y la Secretaria de la Juventud al parecer se quedara patrocinando actividades de entretenimiento para los jóvenes que no motivan su inclusión en los procesos democráticos pertinentes.
Asimismo no nos hemos detenido en otros puntos clave que desalientan e igualmente entorpecen el surgimiento de una activa participación juvenil en los procesos políticos: el hambre, la falta de educación, la mala atención en la salud por la falta de hospitales, todas consecuencias de la pobreza. Para 1998 en nuestro país el total de pobres era de 2,3 millones de personas de las cuales 850,000 se encontraban en situación de pobreza extrema.[4] La mayor parte de nosotros en vez de estudiar estamos pensando en como sobrevivir. No resulta nada extraño el comportamiento apático de los jóvenes respecto a la política, para ellos la organizarse con fines públicos y lograr cambios en el sistema es una utopía, un concepto de fantasías que solo logran quienes tienen el dinero y el apellido para entrar recomendados a trabajar en algún poder del estado, o cargos estatales ¡Que viva Nicaragua y su dedocracia!
La indiferencia en los jóvenes también es producto del nuevo paradigma neoliberal, el capitalismo influye con ideas consumistas donde el mercado importa más que cualquier gobierno y el mismo mercado apuntando ferozmente a las cabezas de los jóvenes en todo el mundo con sus tendencias de la moda en vestuario, en nuevas tecnologías, el entretenimiento como sentido principal de la existencia. El mercado enajena a la juventud y esta se encuentra vulnerable a estas distracciones que los alejan de la realidad social, del conocimiento de los derechos y deberes que tenemos como ciudadanos. Lo anterior solo sirve para entorpecer el desarrollo de la participación de los jóvenes en los procesos democráticos. Otra consecuencia del mercado capitalista es la absorción del modelo individualista, cada individuo velando solo por su progreso, habrá otros que se encarguen de sacar el país adelante. Con esta mentalidad muchos jóvenes se han ido fuera del país, hasta aquellos que si tenían los recursos económicos para establecerse y prosperar aquí mismo. El individualismo es una cualidad que también se ha arraigado en las pocas protestas al sistema, o participación en los procesos democráticos, hacen su lucha personal, lo que es de gran valor ya que es mejor que no hacer nada.
Según una investigación del Centro de Investigaciones de la Comunicación (CINCO) los autores Elvira Cuadra, Sofía Montenegro y Raúl Obregón, este ultimo de la firma M&R Consultores, revelaron los resultados de un informe preliminar de un trabajo de carácter cualitativo con un enfoque generacional, que ha hecho uso de técnicas cuantitativas: el 86% de los entrevistados declaró que no le interesa la política y solo una minoría del 13% afirmó lo contrario. Las razones de este rechazo se encuentran en la perdida de credibilidad de los políticos más que de la política y es que puede haber interés por parte de algunos jóvenes por participar en la política, pero no confían en los procesos políticos ya que los que ostentan los cargos importantes tienen una imagen desprestigiada. En Nicaragua decirle a alguien diputado se entiende como una ofensa, como una forma de decir “ladrón”.
En la misma encuesta al valorar el sistema político, los jóvenes lo consideraron un “caos”, que los partidos “empobrecen al país”; que las elecciones son una “payasada” y “un desperdicio de dinero”. Además, consideran que los lideres actuales solo van a la política por lucro personal. Todas estas percepciones según los autores, ilustra el alto desinterés que refleja la encuesta por la política tal y como la ejercen las elites de los partidos.
Por lo anterior podemos deducir que el pensamiento político de los jóvenes nicaragüenses ¿Quiénes lo tienen? se ha visto influenciado por la concepción negativa que se tiene de las personas que participan en la misma, y de igual forma se la considera inservible, por los casos de corrupción que se han dado últimamente. Hay quienes buscan alternativas para influenciar en la sociedad y promover cambios en el país, por ejemplo el grupo universitario Vanguardia Juvenil, son jóvenes de diferentes universidades sin afinidades políticas (las ya conocidas) que están interesados en conformar un movimiento sólido que trabaje en todos los aspectos coyunturales con proyectos de jóvenes para toda la población. Actualmente se les ha visto participar en actos culturales en diferentes universidades para presentar su propuesta e invitar a que se les integren. Hay que hacer el esfuerzo, olvidemos la palabra política, adoptemos las palabras acción y compromiso. Y como en otros tiempos nuevamente seamos quienes logren los cambios. No le tengamos miedo a la historia, aprendamos de ella. Nuestro mayor enemigo somos nosotros mismos.
[1] Abaunza, H.; Solórzano, I. & Fernández, R. (1995) “Una causa para rebeldes”, Managua, Nicaragua: Puntos de Encuentro. Pag .11
[2] ídem. Pág. 203
[3] PNUD (Abril del 2001) “El PNUD y Nicaragua ante el tercer milenio”. Managua Nicaragua: Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD). Pág. 158
[4] ídem. Pág. 157